lunes, 24 de junio de 2019

lento y doloroso... El camino hacia la perfección.


¡Hola! Soy yo otra vez; he decidido publicar ahora porque estaré un tiempo sin internet y no quería dejar pasar esta idea.
La primera vez que escuché este concepto fue en kung fu, cuando teníamos que hacer los ejercicios de una manera (como lo dice el título) lenta y, por tanto, dolorosa. Después, en el aprendizaje del piano, me di cuenta  por experiencia propia (equivocándome, perdiendo tiempo y haciéndolo mal) de que lo mejor es tocar las piezas lenta y correctamente, una y otra vez, hasta que el cerebro las asimile  sin errores y  que después solo necesitemos  concentrarnos  en  aumentar la velocidad. Recuerdo muy claramente un concierto de las cuatro estaciones de Vivaldi en el que se veía a las claras que el violinista había empezado tocando rápido y mal, y había grabado los errores en su mente. Las notas eran todas imprecisas, no sonaban bien  y no se entendía el conjunto.
“La práctica hace al maestro”; y una buena práctica, lenta cuando sea preciso,  cuidadosa, concisa y efectiva, nos ayudará a llegar antes al objetivo deseado.  
Y ahora sí, esto es todo por hoy. Recuérdenlo, ¡los comentarios me hacen feliz!

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